Danny Ainge ya ha terminado la plantilla con la que los Celtics buscan el anillo perdido ante los Lakers el año pasado: Carlos Arroyo ha sido el último pasajero en subirse al tren bostoniano que sólo entiende de una parada, el título de campeón de la NBA.
En apenas 15 días, Boston ha sufrido un cambio importante con cinco jugadores nuevos: Jeff Green y Nenad Krstic llegaron en un traspaso sorprendente desde Oklahoma a cambio de Kendrick Perkins y Nate Robinson, Troy Murphy se decantó por los Celtics tras ser traspasado a Golden State y acordar su rescisión, Sasha Pavlovic fue el elegido por Ainge para dar minutos de descanso a Paul Pierce y Arroyo llega tras ser cortado por los Heat, una vez que Miami fichó a Mikke Bibby tras rescindir con los Wizards recién llegado de Atlanta.
Entre los cambios también hay que sumar los traspasos de Harangody y Erden a Cleveland a cambio de una segunda ronda del draft de 2013 y el de Marquis Daniels a Sacramento a cambio de una segunda ronda del draft de 2017. Todos estos traspasos tenían un único objetivo claro: liberar espaco en la plantilla para hacerle hueco a Murphy, Pavlovic y Arroyo.
Con todos estos cambios, Doc Rivers ya tiene a todos sus efectivos con el único objetivo de intentar ganar el anillo: Rondo, Arroyo (y Bradley) en el puesto de base a la espera de la recuperación de Delonte West; por fuera están Ray Allen, Paul Pierce, Jeff Green, Sasha Pavlovic y por dentro Kevin Garnett, Krstic, Glen Davis, Shaquille O'Neal, Troy Murphy y Jermaine O'Neal, que sigue confiando en sus posibilidades.
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