Aprovechando el All Star, el sindicato de jugadores y los propietarios de las 30 franquicias de la NBA habían fijado una reunión para intentar llegar a un acuerdo con la renovación del convenio colectivo, que expira el 30 de junio, y evitar así el cierre patronal para la próxima campaña.
Tras la cumbre, la situación sigue igual y el fantasma del lock out planea más que nunca y aunque se retomarán las negociaciones y se intensificarán hasta junio, parece que se repetirá la situación de la 1998-99.
Derek Fisher, representante de los jugadores, estuvo acompañado por parte de la plana mayor de los congregados en el All Star como LeBron, Wade o Carmelo en la reunión celebrada en un hotel de Beverly Hills.
Billy Hunter, director ejecutivo, del sindicato, fue tajante en su mensaje a la salida de la reunión: "Voy a decir a los jugadores que se preparen para el lock out. Queremos llegar a un acuerdo, pero si tenemos que luchar, lo haremos".
Jerry Buss, multimillnario propietario de los Lakers, confirmó que "las dos partes queremos llegar a un acuerdo", pero las posturas siguen distantes: la NBA quiere un recorte drástico en los salarios de los jugadores y estos no aceptan.
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